Templo

Duele no poder besarte de arriba abajo porque el sueño no concilio y al amanecer siento tus manos, pues pese a todo, no dejo de pensar en el brillo de tus labios, pues mi alma se estremece al verte de frente. Las ganas de abrazarte se esparcen como veneno dentro de mi sangre pero caigo al abismo al sentir que no es lo mismo de tu parte, en la tentación de recordarte caigo a diario, tu ser me enmudece aunque por dentro esté gritando, éstas ganas de tomarte y saborearte despacio, cual elixir sagrado, como el templo de todo lo bendito y lo profano.




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