Mi historia comenzó con un final feliz para algunos y duro de asimilar para otros, hace casi 22 años que no puedo verte, ni sentirte o si quiera escucharte, a veces me pregunto ¿qué sientes?, ¿qué piensas? y ¿dónde estás?, ¿Aún vives?. Y si es así, estoy seguro que cada día me recuerdas, que cada soplo del viento en la mañana al salir de casa es un beso tuyo deseándome un gran día y cada sonrisa de un amigo o un extraño es un abrazo tuyo cubriendo el frío de mi alma abaratada por los demonios que en mi espalda y corazón aguardan ser escuchados, espero que mi sangre se vuelva alcohol para caer profundamente dormido y así entre sueños poder verte para que tus besos aunque ficticios creados por mi subconsciente sanen las llagas que la realidad por no estar a tu lado se abren en mi ser madrugada tras madrugada y el humo del cigarro a veces me calma, que aunque a mis pulmones consume, siento que es tu respiración entrando por mi garganta y deshaciendo el nudo que siempre mantengo ahí cautivo. 


-Random Rojo
-Imagen: Zdzisław Beksiński

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