Trébol.

Y cada uno de ellos es por lo que la vida me ha enseñado, los recuerdos cuentan historias, unas con nostalgia y otras con dolor, algunas otras aún dibujan una sonrisa en nuestra cara. Cada mañana despierto con este olor a cigarrillo y alcohol de las noches pasadas. Tomo un poco de agua y enfrento mi destino sin chistar al salir de casa.

He visto otros lugares, guiado por la brújula de mi pensamiento, pero al final del día planto mis píes en este puerto, conté y me hablaron de muchas vidas y se llevaron en mis palabras parte de la mía. 

Aún tengo ahí esos recuerdos, unos puede que aparezcan y a otros les hace falta salir de su encierro, a veces mis demonios son los únicos que me han escuchado, he caído y por ellos es que me he levantado.

Tanto tiempo ha pasado y todos sus rostros aún los tengo grabados, es por eso que tengo sus nombres aquí tatuados, en éste trébol que siempre llevaré en mi hombro acurrucado. Y cada uno de esos pétalos, en su honor se los he dibujado.

El primero, para el hombre, que con su sabiduría me ha formado.
El segundo, para la primera mujer que he amado.
El tercero, por las travesuras de aquellas ventanas rotas que he causado.
Y el cuarto, por aquellos cigarros que en tu nombre me he fumado. 

-Random Rojo. 




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