Un lunes por la tarde.

Hoy no contaré una historia larga, ni mucho menos una anécdota sobre las cosas que hacen que aún tengamos esperanza en las personas, hoy vengo a redactarles algo que fue una acción pequeña, pero que a su vez hiriente e increíble que suceda aún y peor que se permita... Hablo del maltrato a la mujer, no solo de golpes, sino a palabras.

El día de ayer, como cualquier tarde de regreso de la universidad, subí al camión para llegar a mi destino, como en todo viaje en camión urbano esperas que mínimo si el camión está a punto de desmantelarse al menos el chófer sea buen pedo y maneje... Decente, desgraciadamente no fue así, entre "afrenones" y mentadas de madre a otros conductores llegamos a una esquina donde vendían bebidas refrescantes, evitando demandas le pondremos a la empresa "La mujer de otro Estado donde la violencia está muy fuerte".

Puedo incluso entender que no le importe si los pasajeros van o no a llegar a su destino a tiempo y se disponga a comprar algo refrescante, eso no tiene importancia, el problema fue la frase que vino a continuación de parar el camión. Con voz bastante elevada y de manera petulante gritó: "Mujer un agua y rápido"... La mujer le dió su agua y el camión partió, manejando igual de mal que antes.

La cuestión es...¿Neta? ósea ¿Neta?, a estas alturas del 2014, hablarle de manera tan irrespetuosa a una mujer, es tu esclava o que diablos, además de eso está trabajando, no tiene la culpa que seas un Néandertal, no puede ser posible, es como si tu le dices al camionero, "De volada dame mi cambió vato" o "No seas mamón soy estudiante y tienes que cobrarme la mitad", pero ahí si no, por que se enojan y hasta te andan queriendo bajar del camión.


La cosa es que no es posible que sigamos permitiendo se de este tipo de maltratos y no solo porque sea a la mujer sino a cualquier persona, tan fácil que es sonreír y hablar chido con la gente, pero bueno es cosa de cada quien y su educación.

Solo quería decirlo, truchas hagamos valer a las demás personas, todos somos iguales y merecemos el mismo trato, siempre y cuando sea un trato justo. "Hay que tratar a los demás como queremos que nos traten a nosotros".

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