Recuerdo el día que estábamos en el salón y tu fragancia me provoco una erección, maldita sea me tocaba exponer, y en lugar de eso pensaba perderme en tu piel, cual fue mi sorpresa al ver, que venías arreglada, vestida y maquillada, a mi en realidad nunca me importó eso en una mujer y siempre te preferí al natural, pero al verte tan sensual y perderme en tu mirar, no pude evitar bombear sangre con rapidez hasta el lugar que normalmente usaba solo para orinar.
El maestro mencionó mi nombre seguía mi turno de exponer y yo con una carpa de circo entre las piernas no sabía que hacer, pasé al frente y hablé de lo que tenía que hablar, leyendo claro, porque nada estudié... pero ¡vamos! era la prepa no me juzguen, sé que ustedes lo han hecho también, como explicarte que quiero más que una amistad y que te quiero de verdad, cuando mis hormonas cada vez que te veo en el cielo como estrellas se postran y no dejan de saltar, mi cerebro juega bromas conmigo y de repente caminando por los pasillos te veo sin ropa andar, desnuda y saludándome al pasar, ¡demonios! ¿qué hago con esta absurda realidad? si cada vez que despierto en las mañanas me tengo que bañar.
Y bueno... dejo de lado mis pensamientos pervertidos hacia ti, cuando lo que me cura de todos ellos es que me sonríes y miras como si en verdad sabemos que es lo que piensa el uno del otro, pero no podemos expresarlo por esa etiqueta social que nos impusimos en un dado momento que nos quito libertad, libertad de sentirnos, de hablar con la verdad, de decirte lo que siento de lo más profundo de mi pecho, la libertad de robarnos un beso sin tener un porqué, la libertad esa hermosa libertad...
Pero así pasan mis semestres esperando esa oportunidad de eliminar nuestra etiqueta y que mis sueños se hagan realidad, pero hasta entonces, no me molesta imaginarte desnuda, digo después de todo tengo 17 mi mundo chaquetero es de lo mas normal.
Así que nos vemos en la escuela para cotorrear y después en mis sueños que ahí... de otra forma nos vamos a encontrar.
El maestro mencionó mi nombre seguía mi turno de exponer y yo con una carpa de circo entre las piernas no sabía que hacer, pasé al frente y hablé de lo que tenía que hablar, leyendo claro, porque nada estudié... pero ¡vamos! era la prepa no me juzguen, sé que ustedes lo han hecho también, como explicarte que quiero más que una amistad y que te quiero de verdad, cuando mis hormonas cada vez que te veo en el cielo como estrellas se postran y no dejan de saltar, mi cerebro juega bromas conmigo y de repente caminando por los pasillos te veo sin ropa andar, desnuda y saludándome al pasar, ¡demonios! ¿qué hago con esta absurda realidad? si cada vez que despierto en las mañanas me tengo que bañar.
Y bueno... dejo de lado mis pensamientos pervertidos hacia ti, cuando lo que me cura de todos ellos es que me sonríes y miras como si en verdad sabemos que es lo que piensa el uno del otro, pero no podemos expresarlo por esa etiqueta social que nos impusimos en un dado momento que nos quito libertad, libertad de sentirnos, de hablar con la verdad, de decirte lo que siento de lo más profundo de mi pecho, la libertad de robarnos un beso sin tener un porqué, la libertad esa hermosa libertad...
Pero así pasan mis semestres esperando esa oportunidad de eliminar nuestra etiqueta y que mis sueños se hagan realidad, pero hasta entonces, no me molesta imaginarte desnuda, digo después de todo tengo 17 mi mundo chaquetero es de lo mas normal.
Así que nos vemos en la escuela para cotorrear y después en mis sueños que ahí... de otra forma nos vamos a encontrar.
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